Son imágenes y sonidos.
Carecen por tanto de los otros tres sentidos.
No tienen olfato, ni gusto ni tacto, a veces en todos los sentidos.
Además, y a pesar de que las tecnologías avanzan exponencialmente, las digitalizaciones de imágenes y sonidos están comprimidos de tal modo que, para percibirlos, nos fatigan bastante más que lo que vemos y oímos directamente.
Eso es palpable en las videocomunicaciones.
Eso es palpable en las videocomunicaciones.
Frecuentemente padecemos ansiedad por comunicarnos virtualmente, intensa y continuadamente.
Por otra parte,también la comunicación presencial continua e intensa nos termina agotando.
Eso ocurre generalmente además cuando la comunicación establecida, sea presencial o virtual, no termina en una actividad práctica concreta, especialmente si no es satisfactoria.
Tenemos cotidianos ejemplos en las aulas o en los puestos de trabajo.
Por ello es fundamental combinar la comunicación interpersonal directa con la virtual.
Además de vernos y oírnos, percibirnos con buen olfato, tacto y gusto, en los mejores sentidos.
Un placer completo, más natural y vivo.
Mejor además si nos comunicamos para hacer algo.
Mejor además si nos comunicamos para hacer algo.
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